Por: Héctor Álvarez Fontes Socio de Global Practice México, a cargo de la práctica de consultoría jurídica en la Institucionalización de Empresas Familiares y Gobierno Corporativo.
Lo hemos escuchado en reiteradas ocasiones porque es cierto: la propiedad industrial es un activo intangible muy importante para nuestro negocio.
Los elementos fundamentales que brindan una ventaja competitiva, aportan valor y permiten incrementar los ingresos del negocio son los signos distintivos como marcas, nombres o avisos comerciales; e invenciones como patentes, modelos de utilidad o diseños industriales. Estos derechos son regulados por la Ley de la Propiedad Industrial; sin embargo, la visión estratégica del negocio no siempre considera su protección adecuada o incluso su registro formal. Para evitar estas situaciones, recomendamos realizar las siguientes actividades:
En un entorno comercial donde la competencia desmedida requiere que marquemos una diferencia en el mercado por medio de nuestros productos y servicios, el éxito de la empresa depende cada vez más de la titularidad y debida protección de la propiedad intelectual de las empresas.
La visión estratégica no siempre considera la protección o el registro de marcas, patentes y diseños.
Verificar e inventariar los derechos de propiedad industrial que la empresa esté utilizando, para posteriormente confirmar que estén debidamente registrados o proceder a su protección. En el peor de los casos, el negocio deberá decidir si deja de utilizarlos por infringir derechos de terceros.
Realizar búsquedas en las páginas web de las autoridades correspondientes para confirmar que el producto o servicio que se planea comercializar no esté previamente registrado o en proceso de trámite. Una vez que se confirme la viabilidad del registro, debe solicitarse el mismo para obtener la protección a dicho derecho y evitar cualquier intento de terceros para apropiarse o abusar del mismo.
Celebrar previamente y por escrito los convenios donde se especifique quién será el titular de los derechos, siempre que se contrate a prestadores de servicios o empleados para el diseño o creación de algún tipo de propiedad industrial. Asimismo, en los convenios deben acordarse la contraprestación que recibirán y la exclusividad de explotación (entre otras condiciones) para salvaguardar los intereses de ambas partes
Solicitar los registros en los países donde se tenga previsto exportar el producto o servicio que contenga algún derecho de propiedad industrial. Dichos trámites pueden realizarse utilizando algunos de los medios o sistemas de presentación de solicitudes o de registro que existen a nivel internacional, de acuerdo con los tratados celebrados entre los países involucrados.
Mantener un control de todos los derechos de propiedad industrial que tenga la empresa para tener presentes las fechas en que deban ser renovados, los plazos en los cuales pueden caducar por falta de uso, el pago de derechos que deba hacerse y las actualizaciones por modificación a los mismos, entre otros aspectos.
Recuerda que la falta de resguardo legal en los derechos de propiedad industrial puede ocasionar diversas situaciones: la apropiación de terceros; que cualquier divulgación o uso no autorizado reste el valor que la organización tiene en el mercado; y violar los derechos de terceros que sí optaron por proteger previamente su propiedad industrial.
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